*No quiero*

Ante todo espero que la habladuría sin cesar de los pocos que me conocen se esfumen como la espuma en el mar.
Espero que la gente se coma sus palabras de lealtad.
Porque ya no creo.
Y no es que no quiera creer,
porque es lo que mas deseo.
Pero me han hecho perder el sentimiento,
el creer, el querer, el crear.

Extrañaba la nostalgia,
el clima pegajoso por las mañanas.
Extrañaba las miradas bajas,
sobretodo cuando yo las ocasionaba.

Pero ahora se ven tan comun y corriente sin tu tono brillante entre lo gris de la gente. Todo se mira tan monotono, tan aburrido. No pienso en ti como lo hacia antes, no quiero verte como lo hacia antes. Porque la confianza me defraudó dandome una puñalada por la espalda, fría y corrediza. Dejando escurrir la sangre hasta mis piernas. Tan solo para verla. Sin dejarme ir, sin ayudarme a sanar. Es tan grande y contagioso este placer de lastimar.

No quería volver,
no quería dejarte ir.
No me gusta proporcionarte un poco de esa escencia,
de la cual, desafortunadamente,
te volviste adicto.

Me cuesta trabajo creer que copias mis maleficios,
que gritas lo que yo digo.
Que mis susurros son tus delirios.
No quería volver a darte el lujo, el placer,
de la insignificante manera de mirar,
de voltear, de besar.

Yo te entregaba todo en un respiro,
te llevabas mi vida en un abrazo.
No mas para ti,
no mas de mi.

He querido encontrar entre tantas palabras lo que pocos pueden entender. ¿Cómo encontrare algo tan preciado para darle un uso inservible? He mojado mis llantos, hasta no poder mas. He encontrado el uso impreciso, incorrecto, inicuo de lo que no puede continuar. He creído que si te entregaba mi corazón podrías cuidarlo como yo no pude. Pero no, sino pude con el peso de tu vida caída, de tu sonrisa torcida, de la vida muerta encerrada en tus ojos. ¿Como iba a poder con tu corazón?

Me lo gritabas a la cara,
como cosa mas obvia.
Yo no veía lo que tu veías,
yo no podia ver.

Tus ojos me mostraban una pared negra y rota,
una que no podría pasar.
No sin terminarte de lastimar.