*Estos juegos*

Rodeada de tantas personas que no conocen nuestros juegos.
Rodeada del uniforme color de sus agujetas.
Quiero abrocharlas y ponerme de pie y decirle que lo quiero.
Pero el lo hace por mi, se pone de rodillas y toma una cinta, despues otra y con ritmo abrocha lo que yo deshice y quise rehacer.
Se pone de pie, me mira a los ojos y rie.
Una tonta broma no hace mal a nadie.
Sobre todo con su sonrisa, y su manera de reprochar mi comportamiento.
Me agacho de nuevo y disimuladamente desabrocho sus agujetas otra vez.
Esta vez, me besa en la mejilla y me pide que deshaga mi malicia.
Como lo pide tan sutilmente, abrocho las cintas y sonrio de vuelta.
Estos juegos parecen enternos y roban cinco mil suspiros diarios.
Estos juegos podrian hacerme recordar que ya no me quedan suspiros.