Jan 14, 2006

Si supieras cuantas veces me rehusado a decir tu nombre, porque me niego a recordarte, a extrañarte, a suspirarte. Aunque negarme tu presencia quizas solo haga esto peor.
Olvidar tus entrañables palabras, tus tan pegajosas frases y el extraño deseo de abrazarte. Es dificil, aunque lo niegue, olvidarte a ti, el creador de mis delirios, el causante de cada desvelada lagrimeante, el autor de las bocanadas de hielo expropiadas de mi compartida boca por aquel frío que una vez nos unió para siempre. O eso creía.
Y es mas dificil aun olvidar la cadena interminable de escalofríos consecuentes del juego de tus manos, del olor de tu cabello, del color de tus ojos, del murmuro de tus manos. Es imposible, aunque suene increíble comenzar desde cero y tratar de eliminar la irrevocable delicadeza de tus miradas en mi cintura, o en momentos de ternura, en mis ojos.
Que aun cuando fuesen incomparables momentos me rehuso a recordarlos. Y tanto tu, como tu nombre, tu silueta, tu corazón y tu alma se van poco a poco comprimiendo para guardarse en el baúl de los recuerdos que con cariño llamamos memoria.
Deseo recordarte una y mil veces mas pero quizás tambien esto sea lo peor.

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