Apr 26, 2005

*pensando*

De tantas veces que me he aferrado a esta vida, ya no sé ni siquiera si es la mía. ¿Dónde dejé esta herida? ¿Y donde la retomo para ayudarla? No la puedo sanar, porque yo no la causé, mas puedo ayudar a que deje de sangrar. ¿Por qué me miras así? Tengo derecho a equivocarme, ¿no? Nadie es perfecto, y tú mejor que nadie lo sabes. No te culpo, en serio, pero de igual manera no me culpes a mí por algo que yo no hice. Tú te abandonaste cuando te cansaste de seguir adelante, tú me preocupaste cuando ya estabas cansado. Pero cuando necesitabas ayuda, nunca me buscaste. Nunca me necesitaste, hasta ahora. Que por alguna extraña razón te diste cuenta de me tenias guardada en algún lugar de tu cajón, “para casos de emergencia” decías. Y yo como toda sometida seguí al lado tuyo. Pero me cansé, corazón. Me cansé de ser solo un objeto para ti. Por que así era, solo me buscabas cuando creías que me necesitabas y me abandonabas en cuanto te hartabas de mí. Pero no me quedaba nada que hacer, más que aceptar, que así sería. Me acostumbré a eso y ¿sabes porque? Porque te amaba, pero ahora ya no tengo razones para seguir a tu lado. Y me despido irónicamente de ti, para que vayas y busques a otra persona que sane las heridas que yo nunca causé. Pero que me hubiera encantado hacerlas…

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home